En este texto Karl Marx nos muestra principalmente que no existe un trabajo que sea digno pues todo trabajo, sea el que sea, nos desdignifica, en donde asocio dicha desdegnifiaccion con la religión, pues según él, ésta es el opio del pueblo y por ello expreso que Dios no se encuentra en el cielo como todos creen sino que está en la mismísima tierra. Explicando que dicho Dios es el mismo dinero, ese malvado dinero que nos envuelve hasta hacernos presa de el…
Karl Marx veía ese dinero como el inicio del gran problema llamado propiedad privada, que conlleva a esa dura y cruda realidad, que explica que quien no tiene propiedad privada, no tiene prestigio y el que no tiene prestigio esta condenado a estar sometido y por consiguiente esto da resultado a un mayor problema al que el nombraba como trabajo enajenado, pues se cambia la mano de obra de una persona por un capital, pero al entregar esa mano de obra se está entregando la propia vida pues lo más probable es que el trabajador ni siquiera pueda adquirir con el capital que recibe el producto para el cual trabaja.